Consejos para cuidar la salud emocional en tiempos de COVID-19
Para mantener un estado óptimo de salud, es importante cuidar el cuerpo, pero también la mente. Descubre cómo conseguirlo.

El confinamiento, las nuevas medidas para prevenir la expansión del coronavirus, las restricciones que estas conllevan y el miedo al contagio han incrementado los casos de ansiedad, estrés y depresión en nuestro país. Para prevenirlos, es especialmente importante prestar atención a nuestra salud psicoemocional. Te ofrecemos algunos consejos con los que cuidar la salud emocional en tiempos de COVID-19.
Relación COVID-19 y salud emocional
La expansión del COVID-19 obligó al Gobierno de España a decretar el pasado 14 de marzo el Estado de Alarma. Un régimen excepcional de confinamiento ciudadano declarado para asegurar el restablecimiento de la normalidad.
Durante los meses de confinamiento, hemos tenido que aprender a convivir de una forma extraordinaria, en muchas ocasiones, aislados de familiares y amigos.
Dicho distanciamiento, sumado a un nuevo paradigma de actividades sociales, el duelo y un marco económico complicado, puede provocar consecuencias negativas para la salud emocional, por ejemplo, estrés, ansiedad, insomnio o depresión.
A esto se agrega el miedo a una mayor exposición al SARS-CoV-2 con la llegada de la nueva normalidad. Para evitar sufrir trastornos psicológicos severos, es necesario que afrontemos nuestro día a día con una terapia de autocuidado.
Salud emocional: grupos de riesgo
Tal y como afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen determinados grupos de personas con un mayor riesgo a sufrir secuelas emocionales derivadas del COVID-19.
La OMS señala a los sanitarios como el grupo más proclive a esta situación. Los motivos son: exposición al virus en primera línea, sobrecarga de trabajo, riesgo de contagio y la responsabilidad de tomar decisiones de vida o muerte.
Otro de los grupos de riesgo son los niños y adolescentes, ya que el desarrollo de los menores se ha visto afectado por el cierre de las escuelas, la limitación de las relaciones con iguales, el impedimento de realizar actividad física en el exterior y la pérdida de hábitos saludables de vida.
Además, la pandemia ha supuesto un incremento en otros factores de riesgo psicosociales en niños y adolescentes, como la presencia en actos de violencia intrafamiliar, la pobreza, el hacinamiento o el abuso de la tecnología.
En adultos, la compaginación del teletrabajo, la escolarización y las tareas domésticas plantea una realidad complicada, especialmente para las mujeres, que, en pleno siglo XXI, siguen afrontando la responsabilidad de unas tareas que ya deberían ser igualitarias.
La exposición a un estrés continuo ligado a un confinamiento domiciliario y a la imposibilidad de relacionarse cara a cara con otros seres humanos puede derivar en trastornos psicológicos graves.
Consejos para cuidar la salud emocional
Actualmente, el esfuerzo mayoritario en cualquier país del mundo es la erradicación del COVID-19. Por ello, la atención médica en otras ramas se ha visto afectada, como por ejemplo, los servicios mentales. Para preservar el bienestar mental y no verse afectado por pensamientos negativos, los especialistas recomiendan seguir algunos consejos.
Evitar el sobreaislamiento voluntario
Es importante seguir al pie de la letra los consejos y restricciones de las autoridades pertinentes, pero sin dejarnos llevar por la inercia de la soledad y el completo aislamiento social. Nerviosismo, insomnio o depresión son algunas de las consecuencias de la sobreexposición a ese aislamiento.
Por un lado, para evitar el contagio, es importante cumplir con las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud en materia de distancia social, higiene y cuidado personal. Por otro, para promover un estado mental óptimo se recomienda sociabilizar con gente cercana, aunque sea mediante la tecnología (videollamadas, llamadas telefónicas, etcétera) y realizar actividades de ocio agradables. Lectura, cocina, algo de ejercicio en casa o un paseo al aire libre son buenos ejemplos.
Mantener una actitud positiva
En un momento tan complicado como el que vivimos actualmente, es probable que en determinados momentos, surjan emociones y pensamientos negativos derivados del COVID-19.
No obstante, es imprescindible afrontar la situación con calma, ser optimista y mantener una actitud positiva. Habla con los tuyos, piensa en todas las adversidades que has superado con éxito en el pasado y, sobre todo, recurre al humor. Una película o una serie cómica, un libro entretenido y el rodearte de gente con buena actitud pueden ser claves para mantener el optimismo en este momento.
Establecer rutinas
La nueva normalidad ha cambiado la forma en la que los seres humanos desarrollan sus actividades diarias. Un claro ejemplo es el teletrabajo. Para que esta situación no cause daños en términos psicológicos, es recomendable adaptar los hábitos a los nuevos estilos de vida a través de rutinas preestablecidas. Por ejemplo:
- Levantarse a la misma hora.
- Establecer unos objetivos diarios en términos laborales.
- Tener un horario de comida y cena.
- Dormir las horas recomendadas.
También es aconsejable seguir dedicando tiempo a las actividades efectuadas en el confinamiento. Se trata de una forma de eliminar el aburrimiento y fomentar una mente activa.
Practicar ejercicio
El deporte no solo mejora la salud física, también es sano para la mente. Estas son algunas de las ventajas asociadas:
- Se conserva el nivel funcional físico.
- Mejora el humor y la autoestima.
- Se reduce la ansiedad.
- Aumenta el rendimiento cerebral.
- Se incrementa la felicidad.
Efectuar técnicas de relajación
Otro de los métodos más plausibles para lidiar con la ansiedad y el estrés derivado del COVID-19 es recurrir a técnicas de relajación, las cuales tienen muchos efectos beneficiosos en la salud física, mental y emocional:
- Atraen la sensación de bienestar.
- Proporcionan control sobre el cuerpo.
- Reducen la tensión arterial.
- Ayudan a suprimir los pensamientos negativos.
- Mejoran la calidad del sueño.
Algunos ejemplos son de técnicas de relación son: respiración con el diafragma, meditación o técnicas de mindfulness.
Recurrir a un especialista
Si la situación te supera, no esperes, recurre a un profesional. Por mucho empeño que pongamos, a veces necesitamos ayuda para enfrentarnos a ciertos momentos de nuestra vida. Precisamente por eso, muchos seguros de salud incluyen una cobertura de asistencia psicológica. Si tienes una póliza contratada, consulta si tienes acceso a esta garantía. Si no, busca a un psicólogo por tu cuenta, o plantéate contratar un seguro de salud. Si necesitas una mano para eso, nuestros asesores te informarán de tus opciones de forma gratuita. Puedes hablar con ellos en el 900 805 024.